De cómo los vaqueros conocieron la pesca...



La frescura de la mañana, el mugir de las vacas y uno que otro simpático mad..zo, era la estampa cotidiana de Pueblo de Álamos, comisaría de Ures, allá en los finales de la década de los 80's.

El pasar de los vaqueros arreando lentamente su ganado, por detrás de mi casa, al tiempo que levantaban su mano gritándole a mi padre "Buenos días, profesor" y seguir su camino silbando alguna tonada, se iba interrumpiendo cada vez mas seguido por el estruendoso sonido de los camiones de carga pesada que empezaban a trabajar allá en el arroyo del rancho de los Morales. Una gestión del Gobierno del Estado, había traído para Sonora el recurso necesario para la construcción de algunas presas que se dedicarían al riego agrícola en el estado y Pueblo de Álamos había sido beneficiado con una de estas obras.

Los ejidatarios estaban que no cabían de contentos, se acababa con esto, la incertidumbre que se presentaba cuando escaseaban las lluvias. Ya tendrían como regar sus “tierritas”. La cosa se estaba componiendo.

Así, después de una o dos visitas del Sr. Gobernador del Estado, se dieron por concluidos los trabajos de la presa “El Teópari” haciendo entrega de esta a los ejidatarios de la comunidad.

Con esto, se vino una nueva etapa para el pueblo, se hicieron los turnos de riego y todos los pleitos entre ejidatarios que conlleva el querer ser beneficiario de una obra como esa. Aunado a esto se dio una actividad hasta antes desconocida para la mayoría de los pobladores de ahí: la pesca.

Cuando el nivel de agua comenzó a subir en la presa, se sembraron las primeras dos especies de este embalse: la lobina y el crappie. Comenzaba con esto una actividad que, para unos fue mera diversión, pero para otros, familias de escasos recursos mayormente, se convertía en una bendición, al poder acceder a un alimento nutritivo, sano y a casi nulo costo, ya que solo se le invertía en un pedazo de hilo (de albañil mayormente), uno o dos anzuelos y lombrices de plástico. El reel Botejumex, hacia su aparición en El Teópari y se hizo cada vez mas común el salir de tardeada a esperar el raite en el estadio, esperando que alguien con carro fuera a pescar para irnos también.

Posteriormente se sembraron otras especies en el embalse, este se fue haciendo más popular entre los pescadores de otras partes y una ventaja fue que era la presa más cercana a la capital del Estado.

Así, fueron los inicios de mi presita linda, así una comunidad netamente de la sierra tenia contacto con el mundo de la pesca y ahí algunos descubrimos y nos enamoramos de la pesca.

Así fue como los vaqueros de Pueblo de Álamos conocieron la pesca.

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